Por Gonzalo Navarro Sanz *. En un contexto de profundo marasmo político, económico y social en la Argentina y la Región, dado por el aumento de la pobreza, los giros ideológicos en las conducciones estatales y la emergencia de un sustrato meritocrático ligado a la competencia, el emprendedurismo y la flexibilización laboral, no huelgan los dirigentes institucionales que expresen en la opinión pública palabras y acciones ligadas a la justicia social, el cuidado del ambiente de modo integral y el valor de la persona humana más allá de su nacionalidad, riqueza o posición en el sistema de producción.